La toxina botulínica del tipo A, también llamada botulina o bótox, es una neurotoxina producida por una bacteria. La primera vez que se aplicó en el ámbito de la medicina fue a finales de los años 70 para tratar el estrabismo. Desde entonces, cada vez son más numerosas no sólo sus aplicaciones terapéuticas, sino también sus reconocidos usos en procedimientos estéticos. El bótox posee la capacidad de paralizar la musculatura. Esto lo convierte en una gran herramienta terapeútica para el tratamiento de diferentes enfermedades, aunque su uso más extendido, y por el que se dio a conocer popularmente, es por su empleo en el sector cosmético para la corrección de las arrugas faciales. Su aplicación fundamental en estética es el tratamiento de las arrugas de expresión. Llamamos arrugas de expresión o arrugas “dinámicas” a las que se forman cuando se realiza determinados gestos de forma repetitiva, por ejemplo, fruncir la frente (arrugas de entrecejo), fumar (arrugas en el labio superior).
Entre sus ventajas podemos destacar que se trata de una fantástica alternativa a la cirugía para la eliminación de arrugas, aunque en este caso sea de forma temporal. Además, es prácticamente indolora y se aplica de forma ambulatoria, pudiendo seguir con tu rutina diaria inmediatamente después. Gracias al tratamiento con bótox se pueden eliminar las arrugas de expresión de diversas partes del rostro como, por ejemplo:
- Patas de gallo
- Arrugas del entrecejo
- Arrugas de la frente
¿ES EL BÓTOX UN TRATAMIENTO SEGURO?
CONOCE EL PROCEDIMIENTO
La sesión dura unos minutos.
La técnica consiste en la infiltración mediante una aguja extrafina de la toxina botulínica en el músculo de la zona que se desea tratar, produciendo su relajación e inhibiendo el movimiento del mismo.
Se trata de un procedimiento sencillo en el que no es necesaria normalmente anestesia. En todo caso se puede aplicar una pomada anestésica o frío para reducir las molestias. Una vez finalizado el tratamiento el paciente puede hacer vida totalmente normal. Únicamente se recomienda no masajear la zona de las inyecciones y no exponerse, por precaución, al sol durante las 24 horas siguientes. Las molestias posteriores son mínimas y ocasionalmente puede aparecer un pequeño hematoma en la zona del pinchazo fácilmente camuflable con maquillaje y que desaparece a los pocos días.
A las pocas horas del tratamiento puede aparecer un leve enrojecimiento de la zona, que desaparecerá enseguida.
Los efectos pueden comenzar a apreciarse a partir de las 24 horas aunque el resultado final podrá verse a partir de los 3 o 4 días.
Los efectos del tratamiento con bótox suelen durar en torno a los 5 o 6 meses aunque es habitual que en tratamientos periódicos, esta duración se alargue incluso hasta los 8 meses.
La aplicación de bótox en los músculos faciales permite que estos se relajen y por tanto se evite la formación excesiva de arrugas de expresión.
Si. De hecho, lo aconsejable es llevar a cabo diferentes tratamientos estéticos de forma simultánea para conseguir los mejores resultados posibles cuando buscamos el rejuvenecimiento de nuestro rostro. La mayoría de tratamientos son totalmente compatibles con una infiltración de botox.
En cualquier caso, solo los médicos especialistas en estética están capacitados para valorar cada caso y establecer qué tratamientos pueden aplicarse en cada momento.